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Una pequeña como cualquier otra.
Un “Vuelve a casa temprano” como cualquier otro; Vacio,
seco, intentando disimular la poca importancia que su regreso le daba.
Caminar solas a altas horas de la noche se volvía
poco a poco en su hábito; Nunca le exigían estar en casa, nunca se tomaban la
molestia de llamar para saber cómo estaba… Nunca procuraban proteger lo que inevitablemente
esa noche podrían perder.
La única luz que la acompañaba en su camino, no era
otra que los incesantes parpadeos de lámparas en mal estado, pero ¿Y qué?
Después de todo solo era una de tantas noches que recorría el mismo deshabitado
camino, ese que daba mala espina a cualquiera que tuviese que recorrerlo, ese
del que se hablaban miles y miles de relatos.
<<¿No es un lugar peligroso para alguien de
tan corta edad?>>
Giro su pequeño cuerpo, solo para encontrar lo que
muchos llamarían “El inicio del fin”; Desde ese momento supo que algo no andaba
bien, ¿Cómo podía alguien poseer una sonrisa tan perversa y aterradora?.
No lo sabía.
Tampoco conocía la razón por la que ahora estaba
sintiendo tanto sueño, o porque aquel hombre le cubría la boca con un extraño
pañuelo; No comprendía con que razones esos brazos la arrojaban a una camioneta
como si ella fuese una muñeca.
“¿A dónde me lleva? ¿Que está pasando?”
Multitud de preguntas sin respuesta llovían en su
cabeza.
“¿Y si quiere lastimarme? ¿Y si no vuelvo a ver a
mis padres?... Tengo miedo…”
Su conciencia estaba fallándole, su vista se volvía
débil, sus sentidos la traicionaban.. o eso creía.. ¿Era esa una cama? ¿O solo
se trataba de una broma que su mente le jugaba?
<<Solo relájate preciosa, nos vamos a
divertir>>
Las piernas le temblaban, el corazón le latía con
una violencia que no había sentido jamás.
Un escalofrió recorrió su espalda, estremeciéndola
al grado de derramar lagrimas inconscientemente.
Ya no sentía sus pantalones, o su blusa, o su ropa
interior.
De un segundo a otro su cuerpo reposaba sobre las
frías sabanas del desconocido lugar.
Un peso desconocido hundió la cama, tomando
posesión de sus muñecas con violencia, lastimándola. Esto último le hizo volver
un poco a la realidad
<<NOOOOOOOOOO!!!>>
Incluso su garganta ardió al emitir aquel sonido,
sabía que estaba en un grave peligro, y también sabía que no podía hacer nada
para librarse de él, pero nada perdía con intentarlo.
Comenzó a tirar patadas sin dirección específica, y
sin embargo, lo único que consiguió fue un puño sobre su cara, aturdiéndola,
quitándole el poco uso de razón que le quedaba.
Lo demás no lo podría explicar adecuadamente, lo
único que podía percibir era un dolor desgarrador en su parte íntima, una
sensación que la hacía creer que se partiría en dos, acompañados de una fuerte
presión en sus brazos y piernas, en su pecho, sus senos…
su cuerpo entero.
Ya no pasaría las noches como cualquier otra
Ya no sería pequeña como cualquier otra
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